PREVENCIÓN DE LA CORROSIÓN ATMOSFÉRICA EN EL HORMIGÓN PRETENSADO
Por: Alcedo S. Angélica M. C.I.- 20.880.361
S. Feliu, M.C. Andrade (1991), Especialistas del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIC), ejecutan varios proyectos dirigidos a prevenir el deterioro provocado por la corrosión atmosférica en el hormigón de edificaciones antiguas y otras obras de la época actual, donde ese proceso resulta altamente agresivo. Según explicó Orfilio Peláez (2006), se pudo determinar que las concentraciones de iones de cloruro son las que comienzan a dañar las estructuras de las construcciones existentes en zonas de extrema intensidad corrosiva, como sucede en zonas cercanas al mar. A partir de esos resultados se determinó que es posible diseñarse combinaciones de mezclas para elaborar un hormigón armado o pretensado más resistente a la penetración de tales compuestos, cuyo alto contenido obedece a la cercanía del medio marino.
Por otra parte con el fin de buscar soluciones adecuadas que propicien una mayor calidad en la conservación futura de los inmuebles, los investigadores estudian la agresividad corrosiva en la zona de desarrollo eólico; con ello garantizará la mejor selección de los materiales y recubrimientos a emplear, incrementando el tiempo de vida útil de la tecnología y la infraestructura utilizada. Es por ello que los métodos electro químicos de protección en el hormigón pretensado van a depender de cada tipo de corrosión, por lo que existe un rango potencial en el cual la probabilidad de ataque localizado es muy pequeño, así que para darle protección hay que mantener la superficie metálica en este rango de potencial; junto con la aplicación de una cierta corriente. A la vez en la elección del material hay que buscar un compromiso entre diversos factores en los que se encuentra la resistencia a la corrosión.
La prevención de la corrosión atmosférica en el hormigón pretensado consiste en: seleccionar un material de acuerdo a las propiedades mecánicas (dureza, flexibilidad, resistencia u otros); acorde con las propiedades físicas (densidad, propiedades eléctricas, propiedades magnéticas, conductividad térmica) incluso se deben considerar propiedades químicas como la resistencia a la corrosión. No obstante los costos y la disponibilidad de ese material seleccionado también deben tomarse en cuenta.
Para concluir se puede afirmar que si existen medidas protectoras que afectan al material metálico, procedimientos seguidos y campos de aplicación típicos, los aceros inoxidables con adición de elementos como el cromo al hierro y níquel mejorarán la resistencia a la corrosión atmosférica, al ácido nítrico, algunas concentraciones de ácido sulfúrico, muchos ácidos orgánicos y, bajo ciertas condiciones a compuestos sulfurosos y álcalis que previenen la corrosión; incluso las aleaciones refractarias con cromo, aluminio o silicio son resistentes al calor porque se forman óxidos; la aleación con metales más nobles como el: zinc, aluminio o níquel con cobre evitan que el agua de mar, aguas potables calientes o frías, tubos de condensadores y cambiadores de calor, cuerpos de bombas y hélices brinden protección contra la corrosión en medios naturales, especialmente en la atmósfera. Otras medidas que afectan al medio: sería la eliminación del agente agresivo oxígeno y el anhídrido carbónico del agua; evitar agua de combustibles y/o disolventes orgánicos, eliminar compuestos de azufre de los crudos, lograr la molificación de la velocidad del fluido, buscar el aumento de la resistividad del medio y disminuir la temperatura cercana al hormigón pretensado.
Para concluir se puede afirmar que si existen medidas protectoras que afectan al material metálico, procedimientos seguidos y campos de aplicación típicos, los aceros inoxidables con adición de elementos como el cromo al hierro y níquel mejorarán la resistencia a la corrosión atmosférica, al ácido nítrico, algunas concentraciones de ácido sulfúrico, muchos ácidos orgánicos y, bajo ciertas condiciones a compuestos sulfurosos y álcalis que previenen la corrosión; incluso las aleaciones refractarias con cromo, aluminio o silicio son resistentes al calor porque se forman óxidos; la aleación con metales más nobles como el: zinc, aluminio o níquel con cobre evitan que el agua de mar, aguas potables calientes o frías, tubos de condensadores y cambiadores de calor, cuerpos de bombas y hélices brinden protección contra la corrosión en medios naturales, especialmente en la atmósfera. Otras medidas que afectan al medio: sería la eliminación del agente agresivo oxígeno y el anhídrido carbónico del agua; evitar agua de combustibles y/o disolventes orgánicos, eliminar compuestos de azufre de los crudos, lograr la molificación de la velocidad del fluido, buscar el aumento de la resistividad del medio y disminuir la temperatura cercana al hormigón pretensado.
Referencias Bibliográficas
Orfilio Peláez (2006) Para prevenir daños de la corrosión atmosférica. Documento en línea en: http://www.granma.cubaweb.cu/2011/04/01/nacional/artic03.html Consulta:
Gómez Torregrosa (2008) Prevención de la Corrosión. Universidad de Alicante, Departamento de Química Física. Documento en línea en: rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/8236/1/CorrTema10.pdf Consulta:
S. Feliu, M.C. Andrade, (1991). Corrosión y protección metálicas. Ed. Consejo de Investigaciones Científicas C.S.I.C. Volumen I. Madrid – España. Pág. 157